Te encuentro entre el espejo
y mi rostro,
El silencio me refleja la
luz
De una mirada tirada a
menos,
Una espalda que camina
sola hacia mi cama,
Una sombra que me
despierta en las mañanas.
La soledad me entrega a tu
cuerpo fácilmente,
Mis ansias de verte hacen
que te acepte tal y como eres,
El temblor de tu cuerpo,
Mis recuerdos sin vida,
Mis secretos vanos en un
día inerte,
Me hacen verte sólo por
verte,
Me vuelven tuyo al no
tenerte.
De frágil fantasía,
Mi herida despierta
sangrando sobre mi piel,
Tus ojos clavados en las
noches,
Las estrellas que brillas
más en tu rostro,
La luna tuya, y un grito
en la penumbra
Que cayó como lluvia,
Son tus otoños sobre una
flor mustia.
Los hilos de tu cabello
recogido,
Mis esperanzas marcando
tus manos,
Tus pestañas dormidas, mi
cielo temblando,
Tu sudor cubriendo una
ilusión perdida,
Tu aliento, el suave fragor
de tu cuerpo a medio dormir:
Despierto. Te siento.
La gloria de ser tuyo al
menos en versos,
El frenesí escapándose
entre mis dedos,
El rubor de tu vientre,
tus pasos silentes,
Tu indómito respirar, tu
incontrolable despertar,
Tus dientes traspasando
mis fronteras,
Mi vida, mi destino en una
sonrisa,
Tu calor, tu bruma.
Tu flor mustia en esta
luna.
Percy Taira
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