En un futuro tiempo a esta parte,
hubo personajes extraterrestres que vieron un buen negocio inaugurando un
restaurante en la luna, es decir, en Selene (nuestro satélite natural). En un
principio todo iba a pedir de boca. Puesto que el turismo espacial se había
incrementado.
-¿Qué pasó con mis tallarines vivos?
-reclamaba uno de los clientes que se estaba desesperando ante la lentitud de
su pedido.
-Oiga, joven, llevo esperando
media hora y no me traen mis sesos de tiburón -decía otro comensal, ante la
tardanza de su peculiar platillo.
No
obstante, aquel restaurante con sus integrantes selenitas, a pesar de todo
podían seguir con su rutina y su comida “pintoresca”. Este negocio llamado “Traga
de todo”, tenía entre sus clientes, personas que acudían con malas intenciones.
Por tanto, que unos bravucones que vieron en aquel negocio una “mina de oro”,
conspiraron y un buen día tomaron el restaurante a la fuerza. Por tal que los
trabajadores de dicho restaurante quedaron “en la calle lunar”. Y, además,
según sus intenciones, remodelaron el restaurante y lo “bautizaron” como “Tragando
mejor”. Y como era de esperarse el restaurante fue un éxito. Sin embargo, los
selenitas que se habían quedado en la calle lunar. Idearon visitar a un
restaurante de Júpiter. Específicamente en uno que quedaba en su luna Ganímedes;
en primer plano para buscar empleo, pero en dicho satélite de aquel planeta,
que también tenía su restaurante llamado “Lo mejor del SS” (Sistema Solar), les
dijeron que no había vacantes por ahora. Por tanto, tristes los selenitas les
contaron lo que había pasado en el restaurante donde laboraban. Y los del
restaurante “Lo mejor del SS”, se apiadaron de lo que les habían hecho. Por
tanto, les plantearon una jugarreta y así recuperar su negocio.
Muy
temprano les llegó una invitación. Un holograma en que el dueño del restaurante
de Ganímedes los invitaba cordialmente a almorzar sin costo alguno. Esto
último, los animó aún más. Por tanto, el jefe del restaurante “Tragando mejor”
avisó a toda su gente para ir a almorzar a tan ilustre local de Ganímedes. Una
vez dentro, el dueño de “Lo mejor del SS”, los invitó a tomar asiento en las
diversas mesas. E incluso les entregó las cartas para que ordenasen los
platillos que desearan. Todo iba a pedir de boca. No obstante, el jefe de “Lo
mejor del SS”, ordenó ponerle cierta sustancia a cada uno de los platos de los “invitados”.
Y cuando todo era alegría y jolgorio. Disfrutando y degustando con cierto licor
enigmático. Tal como lo idearon fueron cayendo, uno a uno. Y cuando ya casi
estaban agonizando, se hicieron presentes los integrantes de lo que fue “Traga
de todo”, y se dieron el gusto de sonreírles y burlarse. Ante lo cual, como si
fuera el toque final. Todos aquellos integrantes invasores pasaron a ser un
plato más del renovado “Traga de todo”, y cuyo platillo fue llamado “La gran
venganza”.
Esgrimista
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