Normalmente este cuento
comenzaría diciendo “Había una vez, los filósofos Sócrates, Platón y Aristóteles…”.
No obstante, quise que esta lectura sea más interesante. Por tanto, haciendo
una “vuelta de tuerca”. Invoco la aparición sobre la pasarela a Zeus, Poseidón
y Hades. Todos y cada uno son personajes muy peculiares y que nos revuelve las
memorias con todo lo que nos han contado a unos más que a otros.
-Yo soy el rey de los siete
mares. Cada gota de agua o cada océano no son nada sin mi poder -expresa el
dios de las aguas, agitando su tridente y con orgullo.
-Tal vez tengas poder en los
mares, pero son limitados. En cambio yo, desde que el mundo es mundo albergo a
todos los humanos que han pisado la Tierra. Sus almas están en mis terrenos; en
el inframundo. Aunque sin olvidar que tú hermano me engañaste y me diste el
dominio sobre el territorio de los muertos -ruge Hades, muy inconforme, pero tampoco
resignado. Pasea la mirada sobre los dos y se ve en sus pupilas dos antorchas.
-Hermanos, soy consciente que los
dos tienen una labor importante. Pero recuerden que yo soy el rey del Olimpo;
lo que llamarían los humanos, “el jefe de jefes”. Y que yo doy la última
palabra en cualquiera de los terrenos de los humanos -expresa Zeus, agitando su
brazo derecho y lanzando un rayo que enceguecería a cualquiera.
Fue
entonces que la plática se volvió acalorada, e incluso hablaban los tres al mismo
tiempo. Hasta que Zeus frenó la discusión diciendo:
-¡Momento! Como dirían los
juglares e historiadores. Cada signo de vida y cada elemento de la Tierra, no
serían tales sin mi visto bueno.
A
lo que respondió Poseidón:
-Tú también momento hermano. No
discuto el poderío que tienes, pero recuerda que en el planeta hay más agua que
tierra. Por tanto, en el trascurso de la existencia de los mares y de la vida
en general, muchos seres vivientes han surgido de las aguas, y…
Y
como no podía faltar, entró Hades en la conversa:
-“Pisen tierra hermanos”. ¿O es
que desconocen la situación allá abajo? -dice algo alterado, mirando a los dos
y apuntando a la Tierra-. En este momento, mientras los tres discutimos, la
explosión demográfica ha sido vencida por un enemigo invisible; lo llaman
Coronavirus, y por su incursión el inframundo ha crecido e incluso he tenido
que ampliarlo para albergar a más almas. Por tanto, hermanos, ya escucharon.
Fin de la discusión… ¡Jaque mate!
Esgrimista
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