-Jorge, vamos al taco… dicen que se
han renovado con una mesa, y dicen que es muy pintoresca y fuera de lo común.
-No me florees, Billy. Cuando has
visto una, ya las has visto todas. Bueno, ya, vamos, pero te repito que es una
pérdida de tiempo -dice Jorge todo desganado y mirando a los alrededores.
Al
entrar al local, como es lógico encontraron algunas mesas que ya estaban ocupadas.
Sin embargo, Charly les salió al encuentro:
-¡Bienvenidos! Todavía hay mesas.
¿Quieren alguna de aquí, u otra por allá?
-Charly, Charly… venimos por la
novedad. Por la nueva mesa.
-Ssshhh… baja la voz. Esa novedad
como dices, todavía la tengo caleta. Síganme -les dice el dueño del local.
Charly
los adentra más en el local y jala una cadena, la cual hace bajar una escalera.
Los dos clientes se sorprenden y el dueño los invita a subir. Una vez arriba,
ven una atmósfera muy diferente. Luces de neón, algunas mesas como las normales,
música alternativa, y lo esperado por todos: la nueva mesa. Hasta ese momento
Jorge, siente que es pérdida de tiempo; no obstante, le pregunta al dueño:
-Charly… ¿qué tiene de especial
esta mesa?
-Amigos… no se dejen engañar por
sus ojos. Esta no es una mesa normal. La llamo “El billar del azar”.
-¿Y, por qué es especial?...
-Ssshhh… Ustedes solo jueguen, y
descubrirán por qué es especial.
Por
tanto, Billy lo anima a Jorge a jugar, y este último acepta, pero con desgano.
-Bien, yo empiezo -dice Billy-. Acomoda
las bolas con el clásico triángulo, elige su taco y “encañona” con la bola
blanca.
-Es mi turno -dice Jorge, todavía
desganado-. Empuñando su taco, visualiza las esferas numéricas. Busca la “utilitaria”
bola blanca y “dispara”.
Ambos
ven que la bola cuatro entra en una buchaca de la esquina derecha. E
inesperadamente escuchan una voz que le dice al reciente jugador de manera tenebrosa:
-Ya que tienes hambre, disfruta
de este enjambre.
En
ese momento aparecen muchas abejas, que sorprenden a Jorge, y este trata de
ahuyentarlas con su taco. Incluso se quita su chaqueta y con ella trata de
espantarlas. Al final desaparecen, y continúa el juego. Es el turno de Billy.
Se prepara y juega. Hace entrar la bola nueve en otra buchaca. Y sorpresivamente
la voz vuelve a predecir su fortuna:
-Por tu voluntad impía, acabarás
con licantropía.
En
ese momento, Billy se transforma poco a poco y termina como un hombre lobo.
Ambos, se sorprenden, y hasta quieren dejar de jugar. Sin embargo, Charly al
verlos, les propone continuar, diciendo que al final tendrán un gran premio. E
incluso les dice que todo lo que les pase, al final volverán a la normalidad.
Por tanto, es el turno de Jorge. Visualiza las esferas numéricas y juega.
Ambos, ven moverse las bolas y sin esperar lo que les deparará el juego. Esta
vez, la bola dos ingresa en una buchaca del medio, y una vez más la voz lo
alerta:
-La mala suerte englobas, y
terminarás con jorobas.
Fue
así que Jorge, percibe que en su espalda hay una transformación. Le crecen dos
jorobas como los dromedarios, y se asusta, al igual que su amigo. Y nuevamente
quieren largarse de allí. Y una vez más, Charly, los anima a seguir jugando,
recordándoles que al final todo vuelve a la normalidad. Así que Billy,
empuñando su taco juega una vez más. Las bolas van de un lado a otro, y al
final la bola trece ingresa a la buchaca de la esquina izquierda. Por tanto,
una vez más oyen la voz:
-El fuego tanto arde, pero será
peor más tarde.
En
ese momento, brotaron flamas de fuego. Todo ese segundo piso ardía, y tanto
Jorge como Billy, salieron corriendo para salvar sus vidas. Charly los vio
salir despavoridos. Uno como jorobado y el otro como hombre lobo. No pudo
evitar la carcajada. Sin embargo, ingresaron otros dos caseritos, y le dijeron a Charly:
-Venimos por la nueva mesa. Dicen
que es muy especial.
-Jajaja… sí que lo es amigos… sí
que lo es. Acompáñenme, es por acá. Subamos.
Esgrimista
No hay comentarios:
Publicar un comentario