domingo, 26 de junio de 2011

Pangu


(Mitología China)

Fue el primer ser vivo y creador del mundo. En el principio no había nada en el universo salvo un caos uniforme y una negra masa de nada. El caos comenzó a fusionarse en un huevo cósmico durante 18,000 años. Dentro de él, los principios opuestos del ying y yang se equilibraron y Pangu salió del huevo, que normalmente es representado como un gigante primitivo y velludo vestido con pieles.

Pangu emprendió la tarea de crear el mundo: dividió el yin del yang con su hacha gigante, creando la tierra del yin y el cielo del yang. Para mantenerlos separados permaneció entre ellos empujando el cielo hacia arriba. Esta tarea le llevó 18,000 años, elevándose el cielo cada día un zháng, mientras la tierra se hundía en la misma proporción y él crecía también la misma longitud. 

Después de otros 18,000 años, este dios se tumbó a descansar. Era ya tan mayor que su sueño fue llevándolo lentamente hacia la muerte. De su respiración surgió el viento, de su voz el trueno, del ojo izquierdo el sol y del derecho la luna. Su cuerpo se transformó en las montañas, su sangre en los ríos, sus músculos en las tierras fértiles, el vello de su cara en las estrellas y la Vía Láctea. 

Su pelo dio origen a los bosques, sus huesos a los minerales de valor, la médula a los diamantes sagrados. Su sudor cayó en forma de lluvia y las pequeñas criaturas que poblaban su cuerpo (pulgas en algunas versiones), llevadas por el viento, se convirtieron en los seres humanos. Así, Pangu dio origen a todo lo que conocemos hoy en día.

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