jueves, 7 de octubre de 2021

Micro-relato 6: Tres elementos: Reloj, tiburón y capa de ozono



Cierto transeúnte circulaba por cierta avenida, y de cuanto en cuanto miraba su reloj, que era muy parecido a los de arena. Ya habían pasado 40 minutos y su novia no llegaba. Empezó a preocuparse, pero más aún a molestarse. Así que decidió que si no llegaba en 30 minutos se iba sí o sí. Así que siguió relojeando la hora, que avanzaba y avanzaba. Y luego de la nada apareció un excompañero de la universidad, y para motivo de risas entre ambos, este amigo también esperaba a su novia que también se estaba demorando. No obstante, como se podrán imaginar aquella conversación era como "raspar y seguir raspando de la olla". Es decir, recordando los viejos tiempos. Aunque también cada diez minutos recordaban el motivo de encontrarse esperando. Sin embargo, como hay casualidades en la vida. La sorpresa fue que las dos parejas se habían citado para ver la película "Tiburón 5". Y para sorpresa de ambos, pasaba por esa cuadra una legión de activistas, quienes vociferaban que hay que cuidar la capa de ozono, y que todo el planeta está en peligro. A estos dos amigos les pareció importante la causa de su marcha. Y cuando todo parecía distractor de la razón que los convergía, de entre esa muchedumbre apareció la novia del primer joven. Y al verla su novio, primero cruzó por su mente del por qué se había aunado a aquella marcha. Por lo cual, alzando la voz la llamó por su nombre, y lo más curioso era que aunque estaban muy cerca. Ella permaneció inmutable como si fueran dos extraños. Esta situación fue vista por el amigo del primer joven, y también se sorprendió. Y como si fuera cosa de locos, dentro de esta marcha también estaba la novia del segundo joven, que como acto reflejo la llamó por su nombre. Y los dos jóvenes fueron testigos que la novia del segundo joven tampoco hacía caso de su llamado a voz en cuello. Así que la marcha continuaba, y los dos jóvenes estaban desesperados gritando los nombres de sus novias. Hasta que al final de toda esa muchedumbre se les acercó una ancianita, que se apoyaba con su bastón, y les dijo:

-Jovencitos, de nada vale que llamen a esas dos chicas. Puesto que una vez que son parte de aquel grupo de activistas, una parte de su memoria es borrada. Así que mejor olvídenlas.

-¿Olvidarlas? -expresaron los dos jóvenes al mismo tiempo.

-Así es, pero si quieren que los vuelvan a reconocer tendrían que volverse activistas como ellas -expresó la anciana mujer, siguiendo apoyándose en su bastón.

-Bueno, bueno, lo que sea -dijeron casi de manera sincronizada.

Fue entonces que la anciana tocó con su báculo las cabezas de ambos jóvenes. Y en ese preciso momento olvidaron a sus novias, se enrolaron en aquella marcha, y su atención se limitó a protestar contra el daño hacia la capa de ozono, pero de vez en cuando se daban tiempo de escribir un micro-relato.


Esgrimista

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