-Capitán, la brújula indica que vamos hacia el norte -expresó uno de los marinos, como quien se siente Rodrigo de Triana.
-Muy bien, mantengamos el curso -replicó el capitán Nantes-. No dejen de informarme la situación en que emprendemos.
-(Todos) Sí, capitán.
No obstante, como todo iba por viento en popa, el mismo capitán se le antojó brindar con una copa de vino.
-Salud, tripulación -dijo y luego degustó su copa.
-(Todos) ¡Salud, capitán!
Sin embargo, como esto no es un cuento de hadas, mientras los marinos y Nantes estaban "catando" sus copas. De pronto, fueron atacados por huracanes, relámpagos, tiburones blancos e incluso una de las partes de la embarcación se rompió y empezó a entrar el agua (mismo Titánic).
-Pronto, marinos, llamen a la base y comuniquen que estamos en peligro -dijo el capitán tratando de no entrar en pánico.
-Señor, los controles están dañados y no nos podemos comunicar -contestó uno de los marinos.
-Muy bien, muy bien, conservemos la calma, esto es algo inusual, pero ya pasará -decía Nantes, pero ni él se creía sus palabras de aliento.
Fue entonces que fueron "cautivados" por un super huracán, el cual los llevó por los aires. Ya imaginarán un barco entero volando y dando vueltas y más vueltas. Hasta que por fin, dicho huracán que se llamaba Medusa, los dejó en la cima de una montaña. Y al detenerse, todos pensaban que estaban fuera de peligro; sin embargo, al salir de aquella embarcación, motivó el consuelo de todos. No obstante, al mirar el horizonte, veían un precipicio. Estaban viendo que había un abismo. Y fue entonces que uno de los marinos expresó:
-Capitán, los controles han vuelto a funcionar, pero dicen y registran algo muy extraño.
-¿Qué dicen los controles, marino?
-Dicen que estamos a 8,848 metros sobre el nivel del mar.
-¿Ah, sí? Pero qué demonios hay a más de 8,000 metros.
-Señor, ha sido un milagro seguir vivos. Puesto que dicho huracán, nos ha "expectorado" hasta estas alturas.
Y cuándo se preparaban para colocar un cartel que decía que dicha tripulación fue una de las primeras que llegaron hasta la cima del monte Everest. Vieron otro cartelón que decía:
"Yo llegué antes que ustedes. Atentamente, huracán Medusa".
Esgrimista
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