viernes, 15 de octubre de 2021

Micro-relato 12: Tres elementos: Dados, mondadientes, loro de pirata



-Vamos, te toca tirar los dados -decía un jugador de mala muerte a su compinche.

-Ya, salieron dos 6, yo gano. Yupi, jajaja -celebraba este último, sabiendo que ganaba todo el dinero que estaba sobre una mesa que tambaleaba hasta cuando rodaban los dados.

Estos dos jugadores de mala muerte, eran muy conocidos por su ferocidad, salvajismo y mataban a cualquiera que se meta en sus "asuntos". Incluso el cantinero les temía, y por ende, este último tenía que pagarles un "cupo" por no destrozar a balazos su negocio. Así que con tal mala fama, por donde transitaban se abría el paso, como si hubiera un domo que se deslizaba a su andar. Y cuando entraban a una fonda, y pedían pollo a la brasa. El mesero se aproximaba a ellos, y se escuchaban vibrar los platos, producto del pavor que les tenían. Y aparte de eructar "a full ecualizador", se daban un tiempito para usar los mondadientes y sacar el relleno de sus molares. Cosa que le parecía increíble al dueño del local y a los meseros. Sin embargo, estos dos compinches cuando no estaban en tierra, se hacían a la mar. Y viajaban en un barco viejo, pero tan viejo que crujían sus maderos hasta cuando se posaban las palomas en sus entornos. No obstante, como suele pasar uno de ellos tenía un loro, y era conocido como el "loro de pirata". Y cuando este último llegaba, estos dos individuos de mala muerte esperaban a que se pose en el hombro de uno de los dos. No obstante, llegaron a un acuerdo: que se pose los días pares encima del hombro de uno de ellos, pero en los días impares en el hombro del otro. Así que el loro parecía haber comprendido, puesto que de no entender lo devorarían vivo. Así que pasó un buen tiempo, y alguien que estaba en aquella fonda le preguntó al mozo, que de qué era la carne que estaba comiendo. Y el mozo como para salir ganando le respondió: es pollo señor. Y entonces que los dos mozos comentaron sobre dicha carne que estaba comiendo aquel cliente. 

-¿Y ese pollo cuando lo trajeron? 

-Hoy en la mañana -le respondió uno de los mozos al otro-. ¿Te acuerdas del loro de los piratas? Pues que se le perdió su calendario, y se equivocó sobre las fechas pares e impares.


Esgrimista


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