sábado, 25 de septiembre de 2010

El astronauta escritor

J.M.

Tenía la facilidad de viajar por el cosmos y visitar planetas, satélites y galaxias lejanas. Sin embargo, cuando llegaba a la Tierra se ponía a escribir relatos de ficción, en que contaba sobre monstruos del espacio, criaturas que venían de otros mundos y a veces crónicas de sus viajes interestelares. Aparentemente era feliz, ya que lo que no experimentaba en el espacio, lo vivía a través de los relatos que tenía guardados en su laptop.

Sin embargo, en una de esas veces que le tocó acompañar a un trasbordador espacial, se dio con la sorpresa que aquello que había escrito en su computadora portátil se estaba cumpliendo en la realidad. Puesto que habían encontrado un "agujero negro" del que a las justas pudieron escapar. Y también se toparon con tres cometas y un ovni que pasó a gran velocidad.

Por tanto, convencido que podría vivir sus propias historias, decidió escribir que mañana en su viaje conquistarían las 10 galaxias más cercanas y que llegarían hasta el último extremo del universo. Dicho y hecho, se levantó muy temprano y ya tanto él como sus compañeros más cercanos se disponían a abordar el trasbordador y enrumbar hacia lo desconocido. Y efectivamente, yendo a velocidad luz llegaron a explorar las 10 galaxias más cercanas. Además que uno de los encargados al mando del trasbordador avisó que también a velocidad luz llegarían hasta el último extremo del universo. 

De tal modo que llegaron luego de 10 horas, pero al querer volver no pudieron, ya que en su historia no especificó que regresarían o que tendrían el combustible para volver. Quedándose varados al garete y en un intento desesperado comenzó a escribir dentro del trasbordador, y mágicamente se encendió el vehículo espacial y volvieron a velocidad luz, casi en dos días. No obstante, cuando volvieron habían pasado para los terrestres 64 años. Lo que confirmó la teoría de Einstein.

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