El gran ajedrez electoral del 10 de abril: ¿Un juego con reyes tuertos?

Juan Mujica

Quedan pocos días para el gran desenlace entre los candidatos a la presidencia y sin embargo, muchos son los que todavía no tienen definido su voto. Luego del segundo debate que se realizó este 03 de abril ojalá se hayan dilucidado las dudas, ya que dependerá del buen tino de la mayoría de la población peruana, el futuro para los siguientes cinco años de nuestro país. No obstante, valdría la pena señalar algunas aristas o aspectos que ensombrecen o hacen trastabillar el regular desenvolvimiento de las campañas electorales.

Cabe señalar que este último debate estuvo lleno de ataques y directas, pero también con propuestas. Por su parte, Toledo le estuvo recordando durante todo el debate a Keiko lo que había hecho su padre durante su gobierno, hasta diciendo “su papi”; sin embargo, esta no se amilanó y contestó esgrimiendo sus mejores argumentos y hasta diciendo “a mucha honra” refiriéndose a sus padres.

Otro de los “tomaydame” fue entre Toledo y PPK, en que este último se lavaba las manos aduciendo que en el tiempo en que tales cosas estuvieron mal, él no fue Ministro de Economía; a lo que el líder de Perú Posible le dijo que “ahora no se sacuda”; Por su parte, fue Ollanta quien utilizó un ardid que sorprendió a todos, empezando por el mismo “Chema” Salcedo, al responder preguntándole a sus entrevistados sobre si tales propuestas como la pensión 65 les parecía buena propuesta. Y lo que fue el golpe bajo o travesura del destino fue un corte de la luz que dejó en penumbras al comandante.

En algunos momentos del debate se notó una desorientación de PPK y Castañeda, quienes decían medio bromeando “pero si a mí ya me tocó”. Y en su mensaje final cada uno de ellos trató de sacarse brillo y quedar como personas honorables y ecuánimes. Sin embargo, un Castañeda que trató de pasar piola con sus argumentos, se atrevió a decir que él pasaría a segunda vuelta con Ollanta. 

Al final del debate todos se mostraban tensos, pero recuperaron la sonrisa al ver la ola de flashes que los invadía, y cuyos reporteros gráficos querían sacar la mejor toma y gestos de cada uno de los cinco candidatos preferidos de las encuestadoras. Sin embargo, cabe señalar que los demás candidatos se habrán quedado picones en cada momento del debate, al considerárseles como los candidatos "chiquitos".

Por su parte, un candidato que está dando que hablar es Ricardo Noriega Salaverry del partido “Despertar Nacional”, que luego de sorprender con su chicote en el anterior debate, y sorprender con un discurso ofensivo y acriollado, incluso ha ofrecido que en su gobierno el sueldo mínimo será de 2,500 soles. Además de otros ofrecimientos que muestran a un candidato que saca de la manga naipes que no es posible sacar, pero que sin embargo, sigue en carrera con mucha vehemencia.

De los cinco principales candidatos “de las encuestas”, se demuestra que todos tenemos techo de vidrio. Puesto que vemos a un Toledo que tuvo que hacerse la prueba toxicológica y sin embargo, bajó en las encuestas; a un Ollanta que le pide a Hugo Chávez que no se meta en las elecciones presidenciales y que amenaza a los chilenos con tratar mal a sus connacionales si ellos tratan mal a nuestros compatriotas; a una Keiko que empieza a responder y atacar a los que están cerca de su posición, pero condenada a vivir bajo la sombra de su padre; a un PPK que se pasea por todos lados y que más es lo que trata de convencer a los jóvenes con ardides como el PPKuy; y finalmente a un Castañeda que por más que se mata respondiendo y presentando sus propuestas, nadie le quita el apodo con que lo conocen, que más bien tendría que ser parco o lacónico (para utilizar bien el castellano).

Por tanto, esperemos que este 10 de abril los peruanos amanezcamos iluminados y que votemos con conciencia y en vez de estar pensando en votar nulo, blanco o viciado, nos informemos debidamente, puesto que tenemos una responsabilidad social y cívica, y un compromiso con el Perú. Así que en este ajedrez electoral con unos aparentes reyes tuertos, no nos convirtamos en parte del refrán: “En un mundo de ciegos, el tuerto es rey”.