Cómo
no recordar aquella película que gozábamos con sus aventuras en los años 80,
llamada La historia sin fin. Una obra que fue escrita por el escritor
alemán Michael Ende, en 1979.
Una gama de peripecias en que se ve envuelto un mundo mágico que necesita ayuda,
ya que estaría a punto de desaparecer, debido a la enfermedad de su emperatriz.
Según
explica el autor, la trama transcurre en un mundo mágico llamado Fantasía, pero
al mismo tiempo uno de sus protagonistas, llamado Bastián Baltasar Bux,
vive cada una de las emociones que ocurren en las aventuras que están
esculpidas en el libro. Dicho sea de paso, aquella novela tiene en su portada
el símbolo de un Auryn.
En
el reino de Fantasía, un joven guerrero llamado Atreyu, es convocado por
la emperatriz, quien le pide que vaya por los rincones de Fantasía y demás partes
del mundo, para encontrar una cura para su enfermedad (de la emperatriz).
Como
mencionamos, el protagonista “narratario” que es Bastián, es un niño
huérfano, en cuyo rol es el que lee la novela, en cuyas páginas se irá leyendo
y al mismo tiempo involucrando con el libro, como si él estuviera al lado de Atreyu,
viviendo cada una de las peripecias que el joven guerrero va experimentando.
Cabe
resaltar, que el narratario de la historia, Bastián, obtuvo el libro,
luego que entrara a una librería y le contara cómo es su vida en su escuela,
con los compañeros de clase abusivos con los que tiene que enfrentar a diario.
El librero llamado Karl Konread Koreander lo escucha, pero en un descuido, Bastián toma el libro La
historia sin fin, y se lo lleva a su casa.
Una
vez que se sumerge en la lectura de aquel libro misterioso, descubre sobre Fantasía,
sobre sus fantásticos personajes, pero también sobre un fenómeno llamado La
Nada, la cual va avanzando y destruyendo el mundo mágico de Fantasía.
Además, La Nada va fortaleciéndose a medida que la enfermedad de la
emperatriz se acerca a su paroxismo.
Conforme
el narratario va haciendo lectura, van apareciendo diversos personajes, como el
dragón volador, y las aventuras de Atreyu, quien conforme va avanzando
la historia, llega el momento en que los personajes de la novela entran en
contacto con el narratario de la historia, que como sabemos es Bastián.
Una
vez que Bastián está en Fantasía, se presenta ante la
emperatriz, y para los que vieron la película, recordarán que le piden al joven
narratario que le dé un nuevo nombre a la emperatriz.
Por
último, los personajes de Fantasía estuvieron tan agradecidos,
puesto que gracias a Bastián se salvaron del poder
destructor de La Nada, que lo premiaron como jamás imaginó. Y pudo viajar en
el lomo del dragón volador, y fue así que los dos dieron un periplo por la
escuela de Bastián, y obligaron a sus abusivos compañeros de clase, a
meterse en unos contenedores de basura.
Y
fue así que el niño que leyó la novela continuó pidiendo deseos, y mientras más
deseos pedía, más fuerte y vigorosa se volvía Fantasía. Y la emperatriz
y todo el mundo mágico, volvieron a ser felices y a continuar siendo uno de los
lugares fantásticos, que Michael Ende (autor del libro) imaginó
y nos legó aquella Historia sin fin.
Juan
Mujica
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