Han pasado más
de siete décadas, específicamente 75 años desde que la escritora británica Virginia
Woolf dejó de existir. Según argumentan sus biógrafos se suicidó como desenlace a su tendencia
bipolar que arrastró hasta las postrimerías de su existencia.
Se dice que
por aquella enfermedad tomó la decisión
de arrojarse a las aguas del río Ouse,
donde se ahogó y se hundió; encontrándose su cuerpo a un mes de su desaparición.
Tal tragedia sucedió un 28 de marzo de
1941.
La escritora
británica, Virginia Woolf, vino al mundo en el año 1882. Fue novelista, ensayista, feminista y cuentista. Pasando a
convertirse en uno de los personajes más importantes del modernismo literario
del siglo pasado.
De entre el
legado que nos dejó destacan las obras: La señora
Dalloway (1925), Al faro (1927), Orlando:
una biografía (1928), Las olas (1931) o Una
habitación propia (1929), este último libro fue el paladín de sus
ideales como feminista. Y que le ayudó a esgrimir sus propósitos contra una sociedad machista de aquellos
años.
Como mencionamos,
Woolf
tuvo que enfrentar sus procesos de depresión
y bipolaridad. Sin embargo, su estado mental le ganó la batalla, y luego de
llenarse los bolsillos con piedras, se lanzó al río mencionado, el cual quedaba
colindante a su casa. Falleció a la edad de 59 años.
Entre algunas de
sus frases memorables destacan:
“Cada secreto del
alma de un escritor, cada experiencia de su vida, cada atributo de su mente, se
hallan ampliamente escritos en sus obras”.
“No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a
la libertad de mi mente”.
“El amor es una ilusión, una historia que una construye en su
mente, consciente todo el tiempo de que no es verdad, y por eso pone cuidado en
no destruir la ilusión”.
“La vida es sueño; el despertar es lo que nos mata”.
“La vida
misma, cada momento de ella, cada gota de ella, aquí en este instante, ahora,
en el Sol, en Regent's Park, fue suficiente, de hecho, demasiado”. (La señora
Dalloway).
“Uno no
puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si no ha comido bien”. (Una
habitación propia).
“Las
mujeres han vivido todos estos siglos como esposas, con el poder mágico y
delicioso de reflejar la figura del hombre, el doble de su tamaño natural”.
(Una habitación).
“No son las
catástrofes, los asesinatos, las muertes, las enfermedades las que nos envejecen
y nos matan; es la manera cómo los demás miran y ríen y suben las escalinatas
del bus”. (El cuarto de Jacobo).
“Nos
produce náusea la vista de personalidades triviales que se descomponen en la
eternidad de lo impreso”. (El lector común).
“Amar nos
separa de los demás”. (La Señora Dalloway).
Juan Mujica
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