Por: Alexiel
Vidam
Patsy Adolph fue
una de las más aguerridas y destacadas periodistas de la televisión peruana
durante uno de los episodios más sangrientos de nuestro país: el auge de
Sendero Luminoso y el MRTA. En “La Flaca”, su libro de memorias, Patsy nos
introduce en sus aventuras como periodista de investigación, a la vez que nos
sumerge en los episodios más terribles que vivió durante aquella época
violenta.
Confieso que nunca
he sido fan de las crónicas. Soy más una lectora de ficción, quizás porque
siempre he considerado que los escritores de este género, al ser más libres,
tienden también a ser más creativos a la hora de expresarse. Pero cuando te encuentras con un libro como La Flaca, de Patsy Adolph, te das
cuenta de que hay casos en los que la realidad supera a la ficción, y de
que un cronista puede tener el mismo talento de un escritor para atrapar al
lector con su relato. Patsy, en su
narración, es indiscutiblemente divertida, emocionante… y desgarradora…
dependiendo de la escena que busque plasmar.
Soy comunicadora.
Tengo mi lado periodístico también, pero lo mío va más por el lado del arte… No
sé si por intimidación o por simple falta de interés, pero los otros tipos de
periodismo –como el político o el policial- nunca habían despertado mi
atención. En el fondo, creo percibir en el mundo que exploran, un terreno muy
sórdido que tiende a embarrar a quien sea que pise en él. No obstante, el relato de Patsy despertó en mí una
repentina fascinación hacia el periodismo de investigación. Está construida de tal manera que atrapa al
lector/espectador, poniéndole en los zapatos del periodista, de las intrigas y
dilemas morales que puede llegar a enfrentar, de las dificultades que se le
presentan en el camino, de las frustraciones que éstas provocan, y de las
satisfacciones cuando se superan.
Patsy te hace
sentir la adrenalina de estar en el lugar de los hechos, persiguiendo a los
asaltantes de una fábrica, aventurándose al interior de las zonas rojas en
tiempos del terrorismo, aprendiendo a sobrevivir a desastres naturales. Al leer, uno tiene las ganas de chapar la
cámara y hacer lo que ella hace; de aprender también a manejar todo tipo de
armas y a saltar en paracaídas. Nos encontramos, pues, frente a una
aventurera que se hace admirar.
Pero el valor La Flaca, llamado así por el apodo que
tenía Patsy en su juventud, no se limita a solamente a ser un relato
emocionante y motivador para quienes llevan la “pasta” de periodista en su
interior. También tiene un fuerte valor
documental, y es que uno de los temas principales de la crónica, es el pánico que se vivió en el Perú durante
las décadas de los 80 y los 90, marcadas por los ataques terroristas de Sendero
Luminoso y el MRTA.
Pareciera que
hoy en día la gente lucha por borrar toda huella de una época sencillamente
horripilante. Otras generaciones simplemente no vivieron la traumática
experiencia. Quizás sea normal que uno
busque olvidar lo malo de manera instintiva, pero mucho más productivo sería
aprender del pasado. Nos guste o no, esos terribles acontecimientos
ocurrieron. Vivíamos en una situación de angustia constante en la que la
expresión “coche bomba” eran tan común, que hasta los niños de aquel entonces
(me incluyo), teníamos un juego en el que todos debíamos correr al grito de
alerta de uno de los jugadores (“¡coche bomba, coche bomba, corran!”). Eso no
es algo que debería borrarse, porque podría repetirse, y Patsy, con su relato,
busca precisamente enfrentarnos con esa
realidad cruda, para ponernos a reflexionar sobre por qué se dio, cómo se dio,
de qué formas podría evitarse o cómo podría uno actuar ante la situación.
La Flaca es, en resumen, un relato que equilibra entre matices descarnados y
anecdóticos, que cuenta con una narrativa fresca y
cautivante. Es una historia en la que la
narradora nos cuenta sus vivencias de modo tan detallado y personal, que nos
hace parte de ellas. Pronto nos sentimos cual familiar cercano, un amigo…
o, por qué no, un compañero de aventuras.
Desde mi
perspectiva, en un libro que todos deberíamos leer para acercarnos más a nuestra
historia, y una lectura básica para todo estudiante de periodismo. Mediante sus memorias, Patsy aprovecha
también, para darnos un par de lecciones básicas sobre cómo investigar de
verdad, sobre cómo marcar la diferencia.
*Actualmente el
libro está disponible para su descarga online, gracias a Manupax editores.
Click aquí (https://store.kobobooks.com/en-us/ebook/la-flaca) para
descargarlo.
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