Karla Velásquez
“Yo voy a votar por quien menos anuncios tiene; la vez pasada casi se nos cae encima un letrero en los olivos, por algo gastan tanta plata”; “yo no sé, me voy a guiar por las encuestas”, “yo voy a votar por ****, fue el único que llego a mi pueblo”, “yo no voy a votar, sarta de ladrones”.
“Yo voy a votar por quien menos anuncios tiene; la vez pasada casi se nos cae encima un letrero en los olivos, por algo gastan tanta plata”; “yo no sé, me voy a guiar por las encuestas”, “yo voy a votar por ****, fue el único que llego a mi pueblo”, “yo no voy a votar, sarta de ladrones”.
A dos semanas de las elecciones presidenciales, nos encontramos con un ambiente saturado de emoción e intriga política, regalo que nos ofrece las empresas encuestadoras; aunque hasta para dar resultados deberíamos exigir objetividad.
Pero ¿Qué medio es objetivo? Ninguno, basta que menciones un adjetivo y toda tu imparcialidad se va al tacho. Así que antes de dar un juicio, prefiero hacer recordar que el Perú del mañana, lo decidimos nosotros. Un voto responsable marca la diferencia, no nos manchemos el dedo por gusto ni no nos quejemos después del mal gobernante que escogimos por no tomarnos el tiempo de saber más de él.
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