sábado, 5 de marzo de 2011

Ovnis


Juan Mujica

-¡Miren… allá en el cielo! ¡Son extraterrestes! –gritaba una adolescente ante su madre que no sabía qué pensar de aquellas sombras en el firmamento.
-¡Son naves espaciales… que vienen a matarnos! ¡Auxilio, policía! –gritaba su progenitora, rodeada por un cúmulo de gente que tenían la mirada alzada.
-Señores, tranquilos, todo va estar bien –decía un ingenuo policía que no sabía nada en absoluto sobre aquellas naves.
-¡Este es el fin del mundo! ¡Las escrituras no mienten! ¡Todos moriremos! –gritaba un fanático religioso, alarmando a todos los presentes.

Todo el firmamento estaba iluminado, pero no era la iluminación de la luna y las estrellas, sino que parecía la presencia de ovnis. Estaban como enormes monstruos, haciendo sombra en las principales capitales del mundo.  Todos los presidentes estaban como impotentes frente a tal amenaza. Y empezaron a reunirse los principales líderes del mundo. Sin embargo, no llegaban a una solución o estrategia unánime, y a pesar de la opinión hermética del clero, solo había una idea que estaba clara en todos los países, razas y credos: “No estamos solos en el universo”.

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