Juan Mujica
De entre todas las palestras,
siempre efervescía la emoción,
de tales personajes peleadores,
que nos invitaban a su hábitat.
siempre efervescía la emoción,
de tales personajes peleadores,
que nos invitaban a su hábitat.
Directo de Japón aparecía Ryu,
luchando contra su némesis directo,
un Ken diferente al de juguete,
atacando con el “abuket”, y también
retrocediendo para detener los mortales
“oooyuket”,
el final dependía del otro lado de la pantalla.
luchando contra su némesis directo,
un Ken diferente al de juguete,
atacando con el “abuket”, y también
retrocediendo para detener los mortales
“oooyuket”,
el final dependía del otro lado de la pantalla.
De repente estábamos en un puerto neoyorkino,
apreciando al gran Guile y su peinado vanguardista,
lanzando su mortífero “anacpum” a un luchador desconocido,
digamos Zangief, quien tenía órdenes de Moscú,
aplicando sus “licuadoras humanas” sobre sus enemigos.
apreciando al gran Guile y su peinado vanguardista,
lanzando su mortífero “anacpum” a un luchador desconocido,
digamos Zangief, quien tenía órdenes de Moscú,
aplicando sus “licuadoras humanas” sobre sus enemigos.
Luego radicalmente saltábamos a un escenario oriental,
China o Japón o quizá Taiwán, sólo Honda lo sabe,
quien se lanzaba sobre un Dhalsim lanzafuego,
y si no se quemaba le daba tal abrazo que sólo decía “icc icc”,
volviendo el escuálido a la India,
y cómo no recordar a la chinita Chun Li que hacia su “ti fai ti”,
convirtiéndose en un helicóptero humano,
y poniéndonos en problemas con sus patadas giratorias.
China o Japón o quizá Taiwán, sólo Honda lo sabe,
quien se lanzaba sobre un Dhalsim lanzafuego,
y si no se quemaba le daba tal abrazo que sólo decía “icc icc”,
volviendo el escuálido a la India,
y cómo no recordar a la chinita Chun Li que hacia su “ti fai ti”,
convirtiéndose en un helicóptero humano,
y poniéndonos en problemas con sus patadas giratorias.
Generalmente eran los “buenos” los que tenían que enfrentarse a los “malos”,
y mágicamente nos teletransportaban a pintorescos parajes del mundo,
a Tailandia para luchar contra Sagat, y Bison el de pinta de camionero,
a España para combatir en una jaula con Vega,
a Brasil para ser mordisqueado por el terrible Blanka,
o a Las Vegas para destronar al boxeador Balrog.
y mágicamente nos teletransportaban a pintorescos parajes del mundo,
a Tailandia para luchar contra Sagat, y Bison el de pinta de camionero,
a España para combatir en una jaula con Vega,
a Brasil para ser mordisqueado por el terrible Blanka,
o a Las Vegas para destronar al boxeador Balrog.
Cada uno con habilidades especiales y cada uno con un misterioso prontuario,
cada nivel eran más fuertes y veloces y sangrientos,
al otro lado de las pantallas toda una conmoción de emociones,
con el nintendo y el supernintendo hacían ver aburrido a Mario Bros.,
ahora sólo quedan en algunas antiguas máquinas,
atrás quedó el furor y las victorias,
pero lo que jamás será borrado es………
las reales peleas que nos hicieron vivir,
hasta siempre mis Street Fighters.
cada nivel eran más fuertes y veloces y sangrientos,
al otro lado de las pantallas toda una conmoción de emociones,
con el nintendo y el supernintendo hacían ver aburrido a Mario Bros.,
ahora sólo quedan en algunas antiguas máquinas,
atrás quedó el furor y las victorias,
pero lo que jamás será borrado es………
las reales peleas que nos hicieron vivir,
hasta siempre mis Street Fighters.
No hay comentarios:
Publicar un comentario