Karla Velásquez
Eran las 6 de la tarde y esperábamos a mi primo que llegara de estudiar; teníamos la torta, los arreglos, los amigos, la familia; pasaban los minutos y él no llegaba, solo pude observar los gestos de preocupación de mi tía por pensar donde andaba este muchacho de 16 años.
A mí me parecía una exageración, ya que a su edad ya mi hermano conocía todo Lima, pero su preocupación tenía fundamento ya que dos meses atrás le apuntaron con un arma para robarle el celular.
Dado en esto y en los meses que quedan para que nazca mi primer sobrino, me puse a pensar qué tanto podemos sobreproteger a los nuestros, que ahora cuando nacen puedes sustraer la sangre del cordón umbilical , la cartilla de vacunas, los seguros, ponerle un GPS , una variedad de formas de mantenerlo seguro.
Una opción más y la favorita de mi madre, era que antes de salir nos encomendaba a todo santo y ángel existente. Como para prevenir, porque no está demás, hasta le regalaría un leoncito instruido a mi sobrino, a ver quién se atreve a solo mirarle que está llevando en la mochila cuando vaya al colegio.
El león de los seguros:
El león de los seguros:
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