Nadie
sabe de donde venía, cómo se llamaba ni como seguía viviendo. En pleno verano,
a vista y paciencia de la gente se acostaba en la vereda. Todos lo calificaban
como un orate, y cuando circulaba por las inmediaciones de aquel hospital, las
más temerosas eran las chicas, creyendo que las atacarían o les haría algún
daño.
-¿Quién es ese? ¿De dónde viene?
-eran las clásicas preguntas que se hacían las personas que tenían que pasar
por su lado.
Sin
embargo, a diferencia de lo que se pensaría, él no la pasaba tan mal. Muchas
veces se le veía con su plato descartable, “empujándose” lo que buenamente
algunos “buenos samaritanos” le obsequiaban. Incluso, hasta a veces tenía su
gaseosa de una prestigiosa marca internacional. Algunos le decían el hombre de
acero, ya que nada le pasaba. No obstante, al parecer tenía algo de cordura.
Sabía cruzar la pista. Miraba bien antes de pasar de vereda a vereda. Desde muy
temprano, mientras la gente que pasaba por el hospital, veían que él ya estaba
de pie, y haciendo lo que Ron Damón decía “haciendo sombra”. Haciendo finta que
era bravo, o quizá preso de su locura.
No
obstante, de manera paralela estaba otro personaje que durante mucho tiempo
subsistió del vacilón de la gente que se aprovechaba de su supuesta locura, por
lo que cada vez que algunos transportistas lo veían, y él les pedía para
comprar un pan. Era entonces que le decían:
-¡Un Munrra, un Munrra!
Y
él a sabiendas que no había otra alternativa para seguir viviendo, se alistaba,
tomaba aire y a vista y paciencia de pasajeros y peatones gritaba:
-¡Antiguos espíritus del mal…!
-tal y como lo hacía aquel archiconocido personaje de los dibujos animados de
los años 80.
Así se ganaba la vida, con el
esfuerzo de su garganta, e incluso llegaba a sacar la lengua, haciendo todo lo
posible para que “su público” le diera su propina. Ya han pasado varios años, y
varios veranos, pero el loquito vacacionista y el Munrroide desnutrido brillan
por su ausencia. Es posible que algo les haya pasado. ¿Quieren saber que les
pasó?:
El loquito vacacionista se volvió
candidato a la presidencia -aunque suene inverosímil, y hasta se le ve mucho en
la tele, haciendo proselitismo a otros locos que se hacen los cuerdos. Y si
preguntan… ¿qué pasó con el Munrroide? Es posible que haya encontrado su
pirámide, pero qué difícil es escribir esta historia dentro del sarcófago.
Esgrimista