La historia de la creación del
turrón es muy peculiar. Sin embargo, no es tan conocida por muchos. Puesto que
sucedió que la señora Josefa Marmanillo, quien tenía los brazos paralíticos.
Gracias a su fe recobró la locomoción de ambos brazos, y ella estuvo tan
agradecida con Dios, que quiso hacer algo para para compensar el milagro.
Y así fue. Tuvo un sueño en que
se le reveló la preparación del dulce a quien llamó turrón de Doña Pepa. Han
pasado los años y la costumbre de comer turrón en octubre continúa. Tanto es la
devoción por parte de los fieles, que no dudan en complementar su fe, llevándose
a casa una cajita de turrón.
Sin embargo, con el tiempo, han
surgido empresarios que han elaborado su propia marca de turrones. Y como ya
sabemos, la competencia dura todo el año en la Av. Tacna. Puesto que comer un
buen turrón una o tres veces al año es muy rico. Sin embargo, se debe evitar el
abuso, ya que comer demasiado hastía y comer seguido puede causar daño en los
dientes, por sus caramelos que lo adornan.
Recuerdo que hace muchos años,
el popular Don Ramón vino a Perú a promover el consumo de una de las marcas de
turrones. Es un bonito recuerdo. Y es un motivo más para evocar a aquel actor
mexicano. Pero por sobre todo es una buena motivación para reflexionar y elevar
nuestras oraciones a Dios, en esta época del Señor de los Milagros.
Juan Mujica
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