jueves, 8 de octubre de 2015

Periodista bielorrusa Svetlana Alexievich ganó el Nobel de Literatura 2015

Al fin llegó el momento en que les tocaba anunciar al Premio Nobel de Literatura, y este año tal galardón fue obtenido por la periodista y escritora Svetlana Alexievich, quien fue elegida por la Academia Sueca.

Dicha institución resalta "sus escritos polifónicos, un monumento al sufrimiento y al coraje en nuestro tiempo".

La escritora, de 67 años, ha captado la imagen rusa de la realidad y la vida dramática de la gente de la URSS de antaño. De igual manera aborda la calamidad de Chernóbil, la guerra de Afganistán y los conflictos del presente. Es muy analítica en su punto de vista contra el gobierno de Bielorrusia.

Alexievich nació en Ucrania, y su padre perteneció a la milicia soviética, y además era vernacular de Bielorrusia.

La escritora realizó estudios de periodismo en la Universidad de Minsk, para luego desempeñarse en diversos medios de comunicación. Para ello ya la familia se había trasladado a Bielorrusia, luego que su padre desertó del Ejército.

Obtuvo sus primeros reconocimientos con la obra La guerra no tiene rostro de mujer, la cual llegó a culminar en 1983. Sin embargo, debido a que su libro reprochaba el heroísmo soviético y por su crudeza, se tuvo que esperar dos años para recién poderla publicar.

Tuvo una estigmatizada influencia por el escritor Alés Adamóvich, quien fue como su adalid. Abordó áreas con técnica de documental. Su predilección es dejar drenar las voces soliloquios y corales, en el marco de las peripecias del hombre rojo o también llamado homo soviéticus, y además postsoviético.

Su producción literaria se conduce sobre la Unión Soviética para dañar dicho concepto en diversas unidades y repartidos en tragedias concretas.

En su pluma aborda el drama hacia la muerte. Publicando en 1989 Tsinkovye Málchiki (Los chicos de cinc), donde relata la peripecia del conflicto en Afganistán. Cabe resaltar que para hacer más verosímil su obra, se tomó el trabajo de viajar al terreno de la guerra y captar los testimonios de las madres de los soldados que fueron presas del conflicto, quienes perecieron por defender su causa.

Entre otras obras que publicó destacan: Zacharovannye Smertiu (Cautivados por la muerte - 1993), Voces de Chernóbil en 1997, El tiempo de segunda mano. El final del hombre rojo (ambos en 2014). Saliendo a la luz pública en alemán y en ruso.

Del mismo modo expresa Alexievich que el homo soviéticus aún está vigente, y no es solamente ruso, sino que también es bielorruso, turcomano, ucraniano, kazajo, etc.

"Ahora vivimos en distintos Estados, hablamos en distintas lenguas, pero somos inconfundibles, nos reconocen en seguida. Todos nosotros somos hijos del socialismo", exclama la escritora señalando a los vecinos por la memoria.

También afirma que "El mundo ha cambiado completamente y no estábamos verdaderamente preparados". Prisionera todavía en el espacio soviético, Alexievich investiga con avidez y estoicismo sobre el fin de una cultura, una civilización, unos mitos y unas esperanzas.

Por último, ella es una asidua crítica del mandatario bielorruso, Alexandr Lukashenko. Y por motivos ideológicos quizá radica gran parte del año en el extranjero, y los últimos meses ha estado en Alemania, donde su literatura está muy cotizada y muy en boga.

Juan Mujica








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