El dramaturgo bengalí Badal Sircar, considerado uno de los mayores creadores artísticos de la India, murió este viernes a los 85 años en Calcuta (este del país), víctima de un cáncer de próstata, según informaron hoy distintos medios locales.
A Sircar, marxista convencido, se le atribuye la renovación creativa del teatro indio, con obras como "Caballo loco" o "E Indrajit", y recibió varios de los más importantes galardones que concede el país asiático, como el Padma Shri.
Siempre defendió la necesidad de tomar las aceras para plantear sus escenas, y transportó a las coordenadas indias los conceptos el teatro del absurdo y del teatro en la calle, sin dejar de lado una vertiente existencialista y contra el poder establecido
Su lenguaje captó en la década de 1970 la deriva de una región, Bengala, que se tenía a sí misma por se el eje cultural de la India, y que fue pasto de huelgas y algaradas callejeras hasta la llegada al poder del Partido Comunista-Marxista de la India.
Sircar, también actor y director, tuvo que dejar los escenarios en 2003, tras ser atropellado por un camión, y desde entonces se dedicó a escribir obras o adaptar otras ya existentes, según hizo constar en distintas entrevistas.
"Si me preguntas por mi autor favorito, diría que Eugene O"Neill, No me gustan las obras de Tennessee Williams, para ser franco", afirmó en una ocasión.
La muerte de Sircar se produjo el mismo día que, tras 34 años, los comunistas bengalíes perdieron el Gobierno regional, en las elecciones celebradas este mes y en lo que los analistas consideran el fin de una época ideológica.
El cadáver de Badal Sircar ha sido donado a la ciencia.
A Sircar, marxista convencido, se le atribuye la renovación creativa del teatro indio, con obras como "Caballo loco" o "E Indrajit", y recibió varios de los más importantes galardones que concede el país asiático, como el Padma Shri.
Siempre defendió la necesidad de tomar las aceras para plantear sus escenas, y transportó a las coordenadas indias los conceptos el teatro del absurdo y del teatro en la calle, sin dejar de lado una vertiente existencialista y contra el poder establecido
Su lenguaje captó en la década de 1970 la deriva de una región, Bengala, que se tenía a sí misma por se el eje cultural de la India, y que fue pasto de huelgas y algaradas callejeras hasta la llegada al poder del Partido Comunista-Marxista de la India.
Sircar, también actor y director, tuvo que dejar los escenarios en 2003, tras ser atropellado por un camión, y desde entonces se dedicó a escribir obras o adaptar otras ya existentes, según hizo constar en distintas entrevistas.
"Si me preguntas por mi autor favorito, diría que Eugene O"Neill, No me gustan las obras de Tennessee Williams, para ser franco", afirmó en una ocasión.
La muerte de Sircar se produjo el mismo día que, tras 34 años, los comunistas bengalíes perdieron el Gobierno regional, en las elecciones celebradas este mes y en lo que los analistas consideran el fin de una época ideológica.
El cadáver de Badal Sircar ha sido donado a la ciencia.
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