viernes, 26 de marzo de 2021

El abogado de Diablo (cuento)

 


En un lugar del altiplano; lejos, pero, muy lejos de las ciudades se hallaba un pueblo llamado “Diablo”. Y como todo pueblo tenía sus habitantes, y dichas personas como es de deducir solían tener algunas diferencias, malentendidos, escaramuzas, por no decir peleas y harto golpe. Sin embargo, la cuestión era que muy seguido aquella gente solía tener discusiones. Por tanto, como es de deducir no había las suficientes autoridades con quienes resolver sus problemas. Sin embargo, había un brujo llamado Candelus; con quien acudían para sanarse de los males físicos o según ellos “espirituales”. Además, había lo que llamaríamos un juez, llamado Inexorablus; el cual era la única autoridad con quien resolvían sus problemas. No obstante, los habitantes de Diablo poco a poco se fueron dando cuenta que necesitaban a alguien imparcial y justo para que los defendieran. Por tal, Candelus invocó toda una noche para que llegara un defensor. Una persona que pudiera ayudarlos, lo que llamaríamos un abogado, pero que en esta historia se llamaría Paladinus. Muy temprano llegó un día. Nadie sabía de donde apareció. Sin embargo, él se presentó y les prometió que de ahora en adelante los ayudaría a resolver sus problemas cotidianos. Y precisamente, los problemas no se hicieron esperar. Al día siguiente lo convocaron, por un problema entre dos familias. Una de ellas afirmaba que cuatro caballos les pertenecían, y la otra familia argumentaba lo mismo. Por tal, aunque Paladinus no era un genio en las matemáticas, no dudó en sentenciar la solución:

-Bueno señores, todos sabemos que, los cuatro caballos no les puede pertenecer a las dos familias. Por tanto, que propongo que cada familia se quede con dos caballos, y así no habrá injusticias-. Y como si sus palabras fueron hipnóticas, las dos familias estuvieron de acuerdo de llevarse dos de los equinos.

         No obstante, como los problemas aguardaban como un “efecto dominó”; el próximo caso fue sobre una niña y un niño. Los padres alegaban que a ellos por individual les pertenecían ambos. Sin embargo, Paladinus en ese momento sintió como si tomara una limonada helada. Sin más peroratas, sentenció que el niño le pertenecería al hombre hasta los trece años; y la niña del mismo modo le pertenecería a la mujer hasta la misma edad; ultimó diciendo que cuando llegara dicho tiempo que regresaran para legalizar el acuerdo.

         Por otro lado, como el destino nos pone pruebas para verificar nuestro talento; un día convocaron al abogado por parte de Candelus y de Inexorablus. Ambos afirmaban que no podrían seguir conviviendo en el mismo pueblo. Y dicha situación era afirmada por la gente de Diablo. Y una vez puestas “sus barbas en remojo”, les prometió una solución al día siguiente. Por tal que Paladinus, se pasó esa misma noche, pensando y pensando, cavilando y cavilando. Hasta que se oyó el canto de los gallos, y el abogado con sus dos ojeras, estaba muy preocupado y sin una solución determinante. Cuando en eso, vio a las entradas del pueblo unos turistas, y apresurándose a recibirlos les dijo:

-Bienvenidos a Diablo -expresó el abogado-. Vienen justamente en el día en que se enfrentarán cara a cara y cuerpo a cuerpo… el brujo y el juez de este pedazo de Tierra.

         Mientras tanto, ambos contendientes muy enfurecidos, esperaban la solución. Y de pronto, vieron llegar forasteros. Aquello los extrañó mucho, y olvidaron por un momento sus diferencias. Sin embargo, los turistas aguardaban al enfrentamiento. Y viendo que no ocurría lo prometido. Todos ellos se abalanzaron y los lincharon. Cuando en eso, el firmamento se oscureció y se presentaron rayos y truenos. Haciendo acto de presencia lo increíble de lo increíble.

-¡Maldición, he tenido que aparecer para resolver el conflicto!  Desde ahora ya no habrá brujo, ni juez, ni abogado. Declaro este pueblo… maldito -rugió el mismo diablo, y calcinando a los tres personajes.

         A partir de ahí aquel pueblo se llamó “Maldito”, y se volvió un lugar turístico, pero solo para ser visitado por otros diablos. ¿Qué qué pasó con los lugareños? Se convirtieron en escritores de fantasía y ciencia ficción.


Esgrimista

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