jueves, 25 de marzo de 2021

Cerebro vs. Corazón (cuento)

 


En un planeta desconocido, y en una galaxia muy lejana; existía la rivalidad entre dos ejércitos. Uno de ellos se hacía llamar “cerebro”, y se jactaban de tomar sus decisiones de manera intelectual y haciendo uso de sus mentes. No había nada que no decidieran sin utilizar el planteamiento cerebral. Por otro lado, estaban sus rivales; una etnia llamada “corazón”; y esta última era lo más opuesta de sus enemigos. Dícese que, para tomar sus determinaciones, hacían uso de su lado sentimental. No había nada que hicieran, así como así. Siempre tomaban la mejor opción haciendo uso de su estigma, es decir, con su rasgo que palpitaba hasta el último de sus días.

         Y como en toda historia siempre hay un conflicto; pues el conflicto estaba en relación a la cacería de un león, llamado Felium; del cual se decía que su órgano palpitante era de rubí. Aunque suene inverosímil, dicha leyenda era cierta; pero otra realidad era que el mismo león tenía su cráneo hecho de diamante. En estos momentos, de seguro que muchos lectores ya están interesándose más por la historia. Pues bien, luego de mucho blablabla, ambos ejércitos tomaron la decisión de cazar a dicho león; cada cual por su propia conveniencia. El líder de corazón, es decir, Amax dio la voz de abalanzarse sobre el feroz felino. Mientras que el líder de cerebro, llamado Crán, ordenó a su hueste dirigirse a cazar a dicho felino. Por tal que el león al verse acorralado, optó por entrar en una gran cueva; no obstante, dicho lugar era un recinto espeleológico que no permitía que ingresen muchos personajes; y estando el león dentro solo se permitía el acceso a los dos líderes. Fue así que primero ingresó Amax, en busca del rubí, y a pesar que era un lugar muy oscuro y lleno de insectos, roedores y toda clase de rocas; el líder de corazón portando en una mano una antorcha y en la otra una lanza, arremetió contra el felino. No obstante, dentro de un lapso de tiempo se oyó un rugido y un grito que dedujeron que era de Amax. Pasaron cinco minutos y ya no se oía nada. Por lo cual, Crán ante la expectativa de su ejército, no tenía más opción que ingresar para obtener el diamante de aquel felino. Fue así que tomando aire y con el mínimo valor que le quedaba; también ingresó con una antorcha en la mano y en la otra mano tenía un gran pedazo de carne. Por lo cual, no se oyó ningún rugido ni onomatopeya alguna. Y luego de algunos minutos salieron los dos. Crán incluso salió cabalgando al león, ante la sorpresa y la ovación general. Pero, ¿qué había pasado? Felium estuvo muy hambriento, pero además estaba herido. Por lo cual, cuando entró Amax, el famélico animal lo devoró sin miramientos; no obstante, cuando ingresó Crán, no solo siguió alimentando al león, sino que lo curó de una astilla que tenía en una pata, y le quitó una piedrecilla que tenía en una de sus muelas. Por tanto, el líder de cerebro y su gente se ganaron la “amistad” de Felium. Demostrando en esta oportunidad que cerebro le ganó a corazón. No obstante, se hicieron tan, pero tan amigos del león, que dejaron de lado matarlo para obtener el diamante. Por lo cual, aunque parezca mentira, Amax, ya siendo un espíritu, manifestó en su condición, que “no siempre gana cerebro, ni tampoco corazón”.


Esgrimista

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