-Hasta Marte nomás señor -expresa
un pasajero más del día a día de Máximun, quien era un ascensorista más,
empleado de la empresa de transportes espaciales Perúterra.
-Al momento señor, vamos a Marte
-expresa dicho ascensorista como si fueran a dos cuadras desde la perspectiva
del pasado.
Una
vez que llegaron a Marte y bajó el pasajero, apareció un nuevo pasajero que con
mucho apuro le dijo a Máximun: ¡hasta Júpiter por favor, que llevo prisa!
Y ese era el día a día del
ascensorista, pero, ¿cómo fue que se llegó a alcanzar dicha tecnología espacial?
Todo
comenzó hace mucho tiempo, cuando el humano o el intelectual de aquellos
tiempos en el otrora, se preguntó: ¿cómo podríamos “visitar” otros planetas? ¿y,
además, ya hace mucho que llegamos a la Luna. Así que muchos empresarios
empezaban a pensar y pensar sobre la manera de conquistar mejor el Sistema
Solar… en primera instancia. Entonces fue que se inició la eterna carrera
espacial, y poco a poco empezaron a experimentarse con ascensores del tipo de
cierto empresario chocolatero de la tele. No obstante, como ocurre en todas las
instancias, tanto Máximun como muchos otros ascensoristas empezaron a quejarse que
no les pagaban. Llegando el momento en que se paralizó el servicio. Es decir,
que muchos pasajeros quedaron varados a la mitad de su destino. Y se supo que
muchos se quedaron en Saturno y Júpiter. Puesto que en estos dos últimos planetas
se hacía mucho turismo. Entonces, la gente empezó a protestar contra la empresa
Perúterra. Y los ascensoristas, que se negaban a mover un dedo hasta que se les
pague.
-Máximun, ¿que están diciendo en
la Tierra? -preguntaba su colega Zenit, fastidiado también por la falta de pago.
-Todavía nada. Me parece que
mejor nos sentamos. Esto va a durar mucho, como siempre ha sido.
Y
cuando nadie se lo esperaba apareció en escena un agujero negro, el cual empezó
a absorber los ascensores que se habían quedado estáticos. Y se los tragó con
todo y tripulantes, e incluso con pasajeros. Fue entonces que las autoridades de Perúterra,
entraron en pánico, viendo que sus empleados eran devorados por aquel fenómeno
espacial. No obstante, tanto Máximun como Zenit habían sido absorbidos. Por
tanto, que como ocurre en todas las historias sucedió lo inesperado. Entró en
escena el Sol y le dijo al agujero negro que lo absorba a él, para que todos
los demás se salven. Pero el agujero negro se rio del astro rey, y no aceptó su
propuesta. Así que el Sol sin más miramientos, pidió ayuda a su vecino. Le
pidió ayuda a la galaxia Andrómeda, y fueron donde el agujero negro, pero nuevamente
éste no aceptó y se rio de ambos. Y ante la negación de dicho fenómeno espacial,
fueron a buscar ayuda y más ayuda en otras galaxias. Hasta que llegaron hasta
el centro del universo. Cuando en eso, Máximun fue zarandeado por Zenit. Informándole
que el jefe de ambos, Draconio. Les avisaba que volvió la corriente eléctrica en
todo el edificio, y que volvieran a trabajar, y además que si los sorprendía
amodorrados dentro del ascensor. Los expulsaría de su empleo, aunque tuviera
que botarlos a la calle con todo y ascensor, e incluso los amenazó que tendrían
que buscar trabajo hasta que su empresa Perúterra, ingresaran al negocio de los
ascensores espaciales.
Esgrimista
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