jueves, 18 de marzo de 2021

Ascensor del futuro (cuento)

 


-Hasta Marte nomás señor -expresa un pasajero más del día a día de Máximun, quien era un ascensorista más, empleado de la empresa de transportes espaciales Perúterra.

-Al momento señor, vamos a Marte -expresa dicho ascensorista como si fueran a dos cuadras desde la perspectiva del pasado.

         Una vez que llegaron a Marte y bajó el pasajero, apareció un nuevo pasajero que con mucho apuro le dijo a Máximun: ¡hasta Júpiter por favor, que llevo prisa!

Y ese era el día a día del ascensorista, pero, ¿cómo fue que se llegó a alcanzar dicha tecnología espacial?

         Todo comenzó hace mucho tiempo, cuando el humano o el intelectual de aquellos tiempos en el otrora, se preguntó: ¿cómo podríamos “visitar” otros planetas? ¿y, además, ya hace mucho que llegamos a la Luna. Así que muchos empresarios empezaban a pensar y pensar sobre la manera de conquistar mejor el Sistema Solar… en primera instancia. Entonces fue que se inició la eterna carrera espacial, y poco a poco empezaron a experimentarse con ascensores del tipo de cierto empresario chocolatero de la tele. No obstante, como ocurre en todas las instancias, tanto Máximun como muchos otros ascensoristas empezaron a quejarse que no les pagaban. Llegando el momento en que se paralizó el servicio. Es decir, que muchos pasajeros quedaron varados a la mitad de su destino. Y se supo que muchos se quedaron en Saturno y Júpiter. Puesto que en estos dos últimos planetas se hacía mucho turismo. Entonces, la gente empezó a protestar contra la empresa Perúterra. Y los ascensoristas, que se negaban a mover un dedo hasta que se les pague.

-Máximun, ¿que están diciendo en la Tierra? -preguntaba su colega Zenit, fastidiado también por la falta de pago.

-Todavía nada. Me parece que mejor nos sentamos. Esto va a durar mucho, como siempre ha sido.

         Y cuando nadie se lo esperaba apareció en escena un agujero negro, el cual empezó a absorber los ascensores que se habían quedado estáticos. Y se los tragó con todo y tripulantes, e incluso con pasajeros.  Fue entonces que las autoridades de Perúterra, entraron en pánico, viendo que sus empleados eran devorados por aquel fenómeno espacial. No obstante, tanto Máximun como Zenit habían sido absorbidos. Por tanto, que como ocurre en todas las historias sucedió lo inesperado. Entró en escena el Sol y le dijo al agujero negro que lo absorba a él, para que todos los demás se salven. Pero el agujero negro se rio del astro rey, y no aceptó su propuesta. Así que el Sol sin más miramientos, pidió ayuda a su vecino. Le pidió ayuda a la galaxia Andrómeda, y fueron donde el agujero negro, pero nuevamente éste no aceptó y se rio de ambos. Y ante la negación de dicho fenómeno espacial, fueron a buscar ayuda y más ayuda en otras galaxias. Hasta que llegaron hasta el centro del universo. Cuando en eso, Máximun fue zarandeado por Zenit. Informándole que el jefe de ambos, Draconio. Les avisaba que volvió la corriente eléctrica en todo el edificio, y que volvieran a trabajar, y además que si los sorprendía amodorrados dentro del ascensor. Los expulsaría de su empleo, aunque tuviera que botarlos a la calle con todo y ascensor, e incluso los amenazó que tendrían que buscar trabajo hasta que su empresa Perúterra, ingresaran al negocio de los ascensores espaciales.


Esgrimista

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