miércoles, 19 de enero de 2011

Julie de Trazegnies: "La creación literaria es mi espada de lucha y mi escudo de protección"

Julie de Trazegnies nació en Lima, Perú, en febrero de 1973. Estudió Literatura y Lingüística en la Pontificia Universidad Católica en Lima. Ganadora de una beca Fullbright, realizó estudios de postgrado en la Universidad de Nueva York. Desde su regreso, ha contribuido con diversos periódicos y revistas del ámbito local peruano, al mismo tiempo que se ha dedicado a escribir ficción

1-¿Cómo fueron tus inicios como escritora?

      Siempre tuve claro que lo que quería era escribir y lo hice desde muy chica en diferentes formatos que fueron cambiando con el tiempo. Disfrutaba mucho de la creación y también de la lectura por lo que no dudé en elegir la carrera de literatura.  Durante la época universitaria comencé a escribir de manera más comprometida y supe que era lo que quería hacer siempre. Mis primeras publicaciones de ficción vinieron más tarde pero desde entonces ya sabía que ese era el rumbo que quería tomar. He trabajado en prensa y luego he contribuido, de manera independiente, con diferentes medios. Pero mi pasión es la ficción.

2-¿Qué obras has escrito y de qué tratan?

      Maldita Sea (Editorial Planeta 2008) es un libro de relatos breves que explora temas humanos fundamentales como la vida y la muerte, la pérdida y el miedo, el azar y el destino. Los relatos reflejan al individuo ante la volatilidad de la vida, ante lo incierto. Y la tragedia o dificultad de sus protagonistas radica en aceptar que en esta vida todo es relativo y temporal, tanto la felicidad como la desgracia. El individuo busca la felicidad eterna por naturaleza pero los personajes de mis cuentos enfrentan la realización de que eso no existe, que un día están bien y al día siguiente la vida les ha cambiado por completo las reglas y están experimentando las vivencias más brutales. De hecho, los cuentos resaltan la fuerza de las emociones y están envueltos por una fragancia perturbadora, una efervescencia inquietante. Pero en las vivencias más tremendas hay un punto de ternura que humaniza a los personajes y los hace mirar hacia el futuro.

      También he escrito tres cuentos infantiles publicados por la misma editorial: Todo por el Chocolate (2006), Los Helados Enredos de Ana (2007) y Baltazar El Grande (2007). Nunca pensé que escribiría para niños pero se dio por un tema coyuntural en mi vida y me trajo muchas satisfacciones. Los temas tratados en los cuentos infantiles parecen simples pero, en realidad, traen consigo la complejidad de la infancia y los retos con los que todos nos encontramos de niños como el descontrol, los celos o la dificultad de cerrar etapas para abrir nuevas. Me gusta la idea de que en la temática infantil no quede todo resuelto, que no haya moralejas. Se plantea un tema y se trata de dar a los niños lectores herramientas para que cada uno solucione sus problemas dentro de sus diferentes realidades. Creo que esa es la tendencia de la literatura infantil actual.

3-¿Cuál es el tema favorito en tus obras y por qué?
 
      Tengo una fascinación por los temas de la pérdida de la identidad, de la incomprensión, de la dificultad de comunicarse entre individuos. Tiendo mucho a jugar con la línea tenue que separa el sueño de la conciencia. Mis personajes divagan atónitos por un mundo que les muestra su lado hostil, su crueldad inexplicable y viven en una búsqueda eterna e imposible de la lógica del absurdo. Es decir, se explora al individuo en sus extremos. En mis textos trato de transportar esa angustia vital a la literatura. Pero aunque mis personajes pueden percibirse inicialmente frágiles, trato que la adversidad les provoque una reacción desafiante y respondan con valor ante sus situaciones, despojándose de sus debilidades y más bien destellando un ímpetu revitalizador. 

      Siempre hay un después en la forma en que mis personajes afrontan sus vivencias, y esa es la sensación que trato de transmitir al lector. En resumen, creo que la temática que es el común denominador de mis textos es la de individuos enfrentados a la adversidad de la vida. Y hay una exploración de la manera subjetiva de cada uno de los personajes de responder ante estas vivencias, de reaccionar ante el sufrimiento. Pero a pesar de que los temas están centrados en la pérdida, la incompatibilidad, la incomunicación y el desamor, el reto que les pongo a mis personajes es el de que aprendan a despojarse de sus flaquezas y que les brote la fuerza, destellando una luz de esperanza para que puedan mirar hacia delante y sobrevivir a sus problemas. Mis textos revelan las emociones ocultas detrás de las circunstancias más cotidianas dentro de una atmósfera un tanto enigmática.

4-¿Has escuchado del “Fictonirismo” o alguna otra corriente literaria que aluda a los escritores del siglo XXI?

      Si he escuchado del “Fictorinismo” y a pesar de que mis textos no sólo tratan en su mayoría temas oníricos, sino que mis sueños son un inagotable germen de creatividad, no soy partidaria de etiquetas o estereotipos. Me gusta andar dentro del campo creativo de la literatura sin ser restringida a géneros, tendencias o corrientes literarias. Creo que todos escribimos influenciados por los autores que leemos que pueden ser catalogados dentro de las diferentes tendencias, pero trato de mantenerme al margen de ello. No me considero una narradora femenina, por ejemplo, y de hecho pienso que la creación literaria no debería de ser limitada por géneros ni nada que la despoja de la libertad absoluta del escritor.

5-¿Qué proyectos literarios para este 2011?

      Actualmente estoy sumergida en la creación de mi primera novela. Siempre pensé que me dedicaría a escribir relatos breves porque me siento muy cómoda teniendo control estricto de la trama, de la articulación de los personajes y del ritmo con el que narro la historia. Sin embargo, hace ya un tiempo empezó a germinar en mi cabeza una idea y, casi sin darme cuenta, advertí que estaba frente a una historia que no podía ser contada en un relato breve. Me asusté al pensar que lo que había estado gestando no era nada menos que un proyecto de largo aliento como es el de una novela, pero es un gran reto que voy descubriendo muy estimulante.

6-¿Cuál sería tu mensaje para los jóvenes escritores en todo el mundo?

      Escribir para mi se ha convertido en un medio de sobrevivencia. Es más que una necesidad, es la única manera de seguir viviendo, de salvarme. A través de la creación literaria he aprendido a escapar momentáneamente de mis vivencias y defenderme creando historias paralelas en donde yo tengo el control absoluto para guiar el destino de los personajes. Esa es la única libertad con la que cuento de la que nadie me puede despojar. La creación literaria es mi espada de lucha y mi escudo de protección. No puedo vivir ya sin escribir. En ese sentido, creo que cuando uno lleva eso dentro, está destinado a hacerlo para siempre y mi consejo solamente sería que sean fieles a su vocación y genuinos en la creación literaria.


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