Karla Velásquez
Miau Tse Tung y Tolomea creaban la próxima estrategia de contingencia para evitar el desalojo de sus compañeros del parque Kennedy de Miraflores, el mismo que ha acogido a Poggi y sus cabellos verdes, a los espectáculos culturales, los vendedores de artesanías y muchachos con sabor a mentol en los labios, distraídos por las luces que les regala el comienzo de su día de resaca.
Imagine usted un coro de 100 gatos maullando en la entrada de la municipalidad, arañando la puerta, con unas pancartas en pro de crear conciencia animal. El posible desalojo de los mismos los llevaría a hacer esto.
Esta ridiculez se nos ocurriría solo a nosotros, a los amantes de estos felinos, que estamos a favor de que ellos le dan un toque armónico al parque Kennedy. Y somos muchos como en su tiempo lo fue Lennon que hacia dibujo sobre ellos, al escritor Monsiváis que se deleitaba nombrándolos de forma peculiar: Fetiche de peluche, Catzinger, Miau Tse Tung; Hemingway y sus amados gatos de 6 dedos o hasta Allan Poe con su ya famoso Plutón.
El alcalde de Miraflores, Jorge Muñoz, se manifestó directamente con la población enfatizando que los gatos continuarán en el parque y se ha pensado fomentar una campaña de adopción. Así también el día de hoy, se reunió gente en el parque para celebrar dicha iniciativa, en forma tranquila y ordenada se alimentó a los gatos y se les dio cariño a estos felinos que ya llevan viviendo 20 años en el lugar.
A pesar que todos los días mi gata me deja una marca de sus garras, sus pelos en el mueble y una independencia bien marcada que vendrá a mi cuando ella quiera, tengo la gracia de repetir esta frase : “Dios creo al gato para darle al hombre el placer de acariciar un tigre”.
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