jueves, 7 de octubre de 2010

La revolución de los astrólogos y los signos del zodiaco

J.M.

Desde tiempos inmemoriales existen personas que se dedican a las polémicas artes del esoterismo, propiamente dicha la Astrología. Y dicen las leyendas orales que hubo una vez un conflicto entre los astrólogos y los signos del zodiaco, que son naturalmente las constelaciones que tienen ya un nombre de cada uno de los 12 que todos conocemos. Sin embargo, sucedió para alegría de unos y tormento para otros, que las constelaciones zodiacales decidieron tomar unas vacaciones. Así como lo leen, simplemente salieron de su localización de coordenadas y enrumbaron hacia otros lugares del universo.

Inicialmente los astrólogos no se dieron cuenta, ya que estaban en sus respectivos negocios de su menester. No obstante, los astrónomos y demás hombres y mujeres de ciencia, dieron aviso sobre la repentina e increíble ausencia de aquellos 12 personajes del firmamento. La noticia voló de polo a polo, y a las 3 horas de acontecido ya era el tema de discusión de muchas culturas, sociedades, razas, credos y por supuesto de los astrólogos y astrólogas, quienes no terminaban de creer lo que había pasado. 

Sin embargo, aunque la ausencia de los signos del zodiaco era evidente, fueron pocos los que divisaron la presencia de una constelación. Un décimo tercer signo, el cual hasta el momento no había sido tomado en cuenta en la lista de signos, pero que ahí estaba, esperando ser incluido en alguno de los elementos. Se trataba de “Ofiuco” conocido como el “Domador de serpientes”, y que estaba solito en el vacío. Por tanto, la incertidumbre creció a medida que se propalaba su existencia. Muchos no lo creían, pero ahí estaba, esperando quién sabe qué.

Pasaron 12 meses hasta que repentinamente volvieron a aparecer las 12 constelaciones, que para alegría de los astrólogos y sorpresa para los astrónomos, ahora había 13 signos. El problema fue que ahora dónde entraría, en qué periodo o espacio del calendario gregoriano se le ubicaría a Ofiuco. No obstante, él que también se alegraba que sus compañeros hubieran regresado de su viaje intergaláctico, al oír dichos rumores les dijo a los astrólogos: “No se preocupen por mí, que tanto tiempo he estado sin elemento…y más aún que no estoy solo, ya que hay otra signo que me acompañó todo este tiempo… “Cetus”. A él también búsquenle un lugar en su calendario, ya que seríamos 14 signos hasta el momento”. 

Dicho y hecho los astrónomos presentaron ante el mundo una propuesta para que se amplíe el calendario. Y desde ése momento hubo 18 meses, incluyéndose dos nuevas estaciones: “Ofilia” y “Ceturnia”, en honor a los nuevos signos. Cambiando así los calendarios que ahora eran más extensos y con el tiempo cambió también el horóscopo chino y demás horóscopos de otras culturas. No había duda, el tiempo y el destino habían cambiado en 360 grados,  6 estaciones y 2 nuevos signos que nos auguren el futuro.

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