Juan Mujica
Nuevamente se da la discusión de todos los 31 de octubre en el Perú. Si celebrar el Día de la Canción Criolla o Halloween. Realmente es una controversia que ya tiene tiempo y que simplemente se elige al final por una de ellas. Pero qué tanto sabemos de ambas, o es acaso que simplemente seguimos la tradición por imitación vanal. Así que exploremos un poco cómo surgen ambas.
Nuevamente se da la discusión de todos los 31 de octubre en el Perú. Si celebrar el Día de la Canción Criolla o Halloween. Realmente es una controversia que ya tiene tiempo y que simplemente se elige al final por una de ellas. Pero qué tanto sabemos de ambas, o es acaso que simplemente seguimos la tradición por imitación vanal. Así que exploremos un poco cómo surgen ambas.
La música criolla se inicia con la llegada de los españoles, y prácticamente en Lima se construye de manera constante una identidad propia, transformando los géneros musicales y patrones estéticos importados. Desde la presencia de valses de origen vienés, mazurcas, jotas españolas, continuando con la influencia de la música francesa e italiana. Por tanto, la cultura popular limeña se fue perfilando a través de la transformación y decantación de géneros, de manera que se gestaron y desarrollaron algunas formas musicales hasta fines del siglo XX y que identifican lo limeño.
El 31 de Octubre de todos los años, se festeja el Día de la Canción Criolla. En la fecha, los compositores e intérpretes se juntan en torno de mesas democráticas en las que, junto con las canciones más emotivas del cancionero peruano, se entonara aires precursos de nuestro acervo. Se recuerda a los compositores próceres del criollismo y se brinda con entusiasmo cotidiano. La conmemoración no admite recortes de ninguna naturaleza. El Festejo es Total. Y uno de sus representantes más epónimos es Felipe Pinglo.
Pero por otro está la celebración de Halloween que es una tradición de origen celta, que se lleva a cabo principalmente en los Estados Unidos. La palabra Halloween proviene de los vocablos ingleses: All Hallow’s Eve (Víspera del Día de los Santos). Ocasión en que los niños salen disfrazados a pedir en las casas que se les brinde dulces, o de lo contrario amenazan con hacerles una broma a los dueños de casa. Sin embargo, la historia del Halloween proviene de hace más de 2,500 años. Y era cuando el año celta terminaba al final del verano, justamente el 31 de octubre. Situación en que el ganado era llevado de los prados a los establos para el invierno. Ese último día, se suponía que los espíritus podían salir de los cementerios y apoderarse de los cuerpos de los vivos para resucitar.
Para evitar tal tragedia, los celtas ensuciaban las casas y las “decoraban” con huesos, calaveras y demás accesorios, para que los muertos se guiaran por medio de estos para llegar a un lugar mejor. De ahí proviene la tradición de decorar con motivos siniestros las casas en la actual víspera de todos los santos y también los disfraces.
Sin embargo, qué tan importante es seguir una tradición?, y qué tal si tenemos la posibilidad de elegir nuestras celebraciones? Lo importante es pasarla bien y en compañía de nuestros amigos y/o familiares. Pero me parece que es cuestión generacional, ya que la fiesta de Halloween les es más atractivo a los niños y jóvenes. A los primeros para ir a pedir dulces a las casas y a los segundos para disfrazarse e ir a pasarla bien a una discoteca o fiesta particular. Sin embargo, en casa se quedan nuestros padres disfrutando con guitarra y cajón de las melodías que escuchaban cantar a sus propios padres, lo que no resulta apetecible para el primer grupo. No obstante, habría que hacer una campaña para unir a estos dos grupos.
¿Qué les parece fomentar una fiesta en que los jóvenes y nuestros viejitos estuvieran juntos divirtiéndose?, ¿Qué tal si habría la manera en que las barreras generacionales se rompieran? Sería fabuloso, verdad?. Por ello es que propongo llamar a nuestra nueva fiesta “CRIOLLOWEEN”, y se me ocurrió este nombre hace años, en mi época de estudiante y fue tan polémico como lo podría ser en este momento. Así que ya me imagino en locales acondicionados híbridamente los guitarristas y cajoneros disfrazados de calaveras. Y el néctar de la felicidad uniendo los corazones, o sea las chelas. Verdaderamente es una teoría sociológica bastante descabellada y desproporcionada a primera vista, pero tal vez más adelante resultase más comprensible para las nuevas generaciones.
Habría que experimentarlo pronto, pero por mientras levantemos nuestros vasos de cerveza y brindemos en honor de nuestro siempre recordado criollo Arturo “Zambo” Cavero. Quien ahora sigue cantando en la gloria del Señor. Ícono de la Música Criolla. ¡¡¡Salud!!!
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