viernes, 22 de octubre de 2010

¡Químico Farmacéutico!

Paola Loarte

Tota extraña a su madre; aquella “joven” de 33 años que este lunes viajo a Chiclayo por trabajo, la misma que en mi anterior entrada hablaba muy filosóficamente sobre su hija de cuatro patas. Tota, quien hoy la extraña más que otros días; da vueltas como loca en su rueda y el chirrido que esta produce me está volviendo loca a mí. 

¡Hola! ¿Cómo están? Ya pasó una semana desde mi primera entrada en ZMM y ahora regreso igual que como me fui: con frío, hambre, sueño y falta de inspiración. Mientras pensaba sobre que escribir aquí, recordé aquel martes en Starbucks con mi colega Bri, ella con su Frapuccino de Moca y yo con uno de Caramel. Ella sin querer aventurarse por nuevos sabores y yo insistiendo en que el de Caramel es el mejor, ese día la pase genial, gracias Bri. 

Y es que cuando sales con amigos el tiempo se hace corto, todo acaba rápido y lo quieres repetir. Eso me recuerda que hace ya dos semanas que no veo a mis amigos de colegio y ya también casi una semana que no voy a la universidad; y es que cuando estas resfriada el mundo huele a sopa de pollo y se vuelve azulito como el Apronax, hasta los doctores del seguro ya se aburren de verte tres veces por lo mismo, y antes de que llegues a sentarte en la silla frente a su escritorio, el doctor te extiende la mano con la misma receta de hace dos veces, solo que con una dosis distinta. Ahora si puedo creer eso de los MATASANOS; ¡díganme! ¡¡PARA QUE HICIERON ESE DICHOSO JURAMENTO AL RECIBIRSE DE MÉDICOS SI ES QUE VAN A RECETARME LO MISMO TRES BENDITAS VECES!! (No es con todos los médicos por si acaso).
 
Dos días seguidos como un fantasma, deambulando por mi casa en bata y con un rollo de papel higiénico en el bolsillo (datos innecesarios, ¿verdad?). Lo peor de todo fue la sensación de decepción que sentía conmigo misma, la decepción que seguro también sienten algunos compañeros por mí, por haberles fallado. Eso es lo que más odio sobre la Tierra, decepcionar a otros; es como ir matando la confianza que depositan en ti, es como perder un amigo; sé que puedo sonar exagerada, pero es así como me siento ahora, tengo miedo de mirarles al rostro y ver en sus ojos toda aquella ojeriza que les produzca verme, tanto esfuerzo en un trabajo para que yo lo venga arruinar. ¿A ustedes no les molestaría, depositar su confianza en alguien que creen capaz y que de pronto se den cuenta que no valió la pena? Sé que a mí me molestaría demasiado, por eso es aun más molesto que yo haya sido quien no cumplió, el corazón me aprieta de la rabia, ¡dichoso cuerpo que no puedes mantenerte sano! 

Dicho todo esto y arruinada mi vida social eternamente, me despido de ustedes con un “Gracias y hasta pronto”, espero contar con algunas recomendaciones para futuras actualizaciones; diviértanse mucho este fin de semana y no abusen del sabadrink. Se despide su humilde y resfriada servidora, Lhoa. ^^ 

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