Brighit Cornejo - 5 de octubre de 2010
Hoy salí con mi amiga Pao después de las clases de la universidad del día de hoy lunes. De no haber sido por ella, esa salida que veníamos planeando desde hace mucho tiempo atrás (que resultó al final ser genial y muy divertida), no estaría escribiendo esta crónica ahora, pero ese no es problema de ustedes así que sigamos con esta historia de la vida real o lo más próximo a la realidad. La clase de lengua se hacía más aburrida y extensa de lo habitual, el profesor como en todas las anteriores clases imparable él, seguía repitiendo y repitiendo lo magnifico que es el lenguaje y mas blah blah, pensaba en mis recónditos adentros: “profesor no ve que a nadie le interesa lo que habla, ya entendimos la importancia del lenguaje, cállese yaa!”.
Y debido a mis numerosas faltas, desde hoy lunes me prometí ya no faltar y tratar de prestar una mediana atención sin aventarle las maldiciones más terribles, pero sé que eso en el fondo resultará muy difícil. Aún no podía darme el lujo de reprobar y mi padre ni chiflado me pagaría el curso para el próximo ciclo, entonces soñar con reprobar a veces suele ser genial, solo a veces.
A Paola la conocí en primer ciclo, cuando yo entusiasmada e incrédula creía que la universidad, que había elegido para estudiar la fascinante carrera del periodismo era lo máximo, sin imaginarme más adelante que tenía que mendigar el papel higiénico de los servicios y que también por esas cosas de la vida tendría que ponerme de boca con el rector para defender mis derechos universitarios, pero también eso es otra cosa que no es de su incumbencia, pero dado a que la inspiración de hoy nos es la más productiva y vasta, se los menciono. Nos presentó V. que es amiga de I, quien esta última es actualmente la mejor amiga de Pao, o eso es lo que nos hacen creer a todos en el salón.
Desde el comienzo la vi como una niña muy sencilla y dulce, su aspecto denotaba y me hacia recordar al yo de mi pasado, una muchacha cándida y cuya manera de ser reflejaba el querer saberlo todo, recuerdos de aquellos viejos tiempos. Tiempo después descubrí que tenía un blog, supuse por eso que le gustaba mucho el arte de escribir; después ella me comentó que tenía una cuenta de twitter y yo supuse por esto que tenía mucho tiempo libre y que siempre estaba sentada frente a su computador en internet.
Ella aún no desmiente eso, pero es lo que yo sigo teniendo en mente, así como otras muchísimas cosas. Al ver su blog “Materia Bruta” la envidié en secreto de una manera particularmente sana, me gustaba su literatura y esa manera de redactar, la fluidez y la conexión de las palabras era increíble y esa perfección en la ortografía me flagelaba despacito despacito el super ego que poseo. Posteé un par de veces y al día siguiente le expresaba mi gusto por sus textos. Ella con una sonrisa fresca me agradecía y me decía que yo también era una buena escritora y que me seguiría en mi blog; con la poquísima dosis de humildad que aún me quedaba, le pronunciaba un gracias.
Paola era diferente y original, eso estaba bien en esta época de gente, llorona, alienada e interesada. Gente como tú ya sabes quién que lloriquea por un conjunto de tonteras y nimiedades. No sé si sabes pero la gente chismosa es lo peor, compórtate como un hombre y déjate ya de huevadas, resentido. Perdonen lectores, me desvié del tema pero es que a veces sucede que la cólera precede a la razón y la gente suele explotar y con ello lanzar un montón de palabrejas a causa de ese estado irracional y animal, comprendemos como mortales que errar es humano, y que si fulano de tal no acepta las disculpas del caso, puede abrir la puerta de la salida y lanzarse al vacío. Perdona Paola la interrupción, sabes que prometí hacer este post para ti, pero la cólera aún no deja de fastidiarme. Gracias por entender.
¿En qué estaba?... Ah sí, original y diferente, en las mesitas de Starbucks, me contaba con una carita de tristeza el cómo su padre la abandonó y del como amaba con inmensas fuerzas sobrenaturales a su madre, me enseñó también de su cámara fotográfica, las fotos que le había tomado a sus sobrinos, sus “chuckys” como ella los llamaba, y en son de animarla le dije, no te preocupes Pao, los míos son peores. Disparando a la cámara para un bonito recuerdo de ese día, le agradecí por haberme enseñado estadística, y haber podido así obtener una excelente nota.
Pero que rico está este “frapuccino” decíamos casi al mismo tiempo, yo le hablé del cómo también mi madre me había abandonado a la edad de 4 años, y también le exprese ese sentimiento desbordante que tengo hacia mi padre a pesar de tooodas sus cosas. Omero sé que todo lo haces por tus hijos, perdona mis cojudeces. Identificadas por estas dramáticas declaraciones, de camino hacia el paradero con ella, di gracias a Dios por haber puesto a una diferente, original y buena amiga en mi camino, mi amiga Pao.
Ooohhh! Me encanta Bri! Sigues siendo mi Blogger favorita! Muchas gracias amiga, siempre estaremos para las buenas y las malas!
ResponderEliminarSaludame a Omero!
Peace & Loove!